Memoria Celular (Kinesiología Energética)

El período de inicio del aprendizaje condiciona mucho las aptitudes y capacidades de los niños. El cerebro muy raramente tiene algún defecto, solo a veces la comunicación entre las diferentes zonas del cerebro se tranca, provocando un estrés que se puede manifestar en una hiperactividad, una falta de concentración o una parálisis frente a una tarea. Con una sesión de Kinesiología Energética, tenemos la posibilidad de acceder a la memoria celular donde se encuentra la información de cuál es el estrés asociado al aprendizaje que está impidiendo la armonía en el proceso.

Ese estrés no está necesariamente asociado directamente al aprendizaje: si el niño vive una situación estresante cómo la llegada de un hermanito, una mudanza, una separación, una enfermedad (de sí-mismo o de alguien cercano)... el cerebro puede confundirse y traer las sensaciones asociadas a la situación estresante de origen cada vez que algo parecido a lo que estaba viviendo el niño surge (también vale para los adultos). A partir de la primera consulta se pueden observar cambios radicales.

Prácticamente, la técnica de Memoria Celular permite identificar y eliminar el estrés asociado a los temas de hiperactividad, impulsividad o falta de atención.

Consiste en poner el dedo sobre el comportamiento y las sensaciones que se manifiestan en situaciones de dificultad de concentración o calma, y a rastrear la edad de causa verdadera del primero estrés similar encontrado en la vida (siempre situado entre la concepción y 7 años) para borar la carga emocional negativa asociada a esa memoria.

De esa forma, las sensaciones desagradables que vienen en el cuerpo por ejemplo cuando uno se queda quieto o atento no se desencadenan, lo que permite una mejor gestión de cada momento.

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